14/1/13

EN EL LATIDO DE MI CORAZON


Esta tarde cuando llegaste, la calidez de tu alma, brillaba en tus ojos, venias radiante y hermosa,
la natural fragancia de tu piel, era una como una suave brisa que derramaba su magia en mis sentidos.

Empezamos a caminar, bajo el atardecer cálido del verano, íbamos por un verde camino, que enmarcaba la alegría de nuestra ansiedad, de lejos llegaba, el murmullo del agua de un arroyo, que en su recorrido, se deslizaba por las piedras, acunadas en su lecho.

Tu ibas a mi lado, las mariposas dibujaban con su colorido la libertad de ir de flor en flor, las aves revoloteando danzaban, las melodías de sus trinos, el cielo con sus rojos matices... adornaba el encanto de nuestros latidos.

Decidimos sentarnos al borde del arroyo, en tus ojos veía el amor que se reflejaban en los míos, tus labios, acunaron mi boca y besándonos suavemente, sentimos que nuestros cuerpos se elevaban, aferrados por la pasión, que nuestros cuerpos sentían…

Pero cuando me separe de sus labios, la luz del día me sorprendió y confuso mis ojos, en otro marco se abrieron, no podía entenderlo, sobresaltado me dije:

¡Estaba durmiendo, intente con esfuerzo cerrar de vuelta mis ojos y emprender mi regreso..!

Pero todo fue en vano, no pude cruzar las tinieblas hacia el sueño y vencido volví abrir mis ojos, y en la desolación de mi realidad, la esperanza volvió a iluminar mi alma, porque tu nombre aun latía en mi corazón.



Eduardo Nieto Mújica