La conocí, cuando la tarde caía
En sus ojos refugiaba Ilusiones y sueños
Y en sus labios la magia de una sonrisa
Liberaba la esencia secreta de su alma
Con el corazón abierto…
Nos encontró la noche y en brisas de suspiros
Una luz de esperanza, iluminando latidos
Fue el eco de un amor que nacía
Hoy mirando el mar…
Al sentir el rocío de los corceles blancos
Humedeciendo mis labios, pensé si ella también
Recordaría aquellos besos que bebieron
Nuestras almas
Eduardo Nieto Mújica