La mente le enseñaba al corazón
A no abrirse enteramente
Y el alma le pregunto:
¡Dime tú! ¿Por qué lo haces?
¿Acaso no sabes?
Que en su interior late el amor
Que ya lleva luces de ilusiones
Y caminos de esperanza
Por eso tú, no te
empeñes
En guiarle los sentimientos
Con la cordura y la prudencia
No crees que si no lo hago
Él puede sufrir un desamor
Y dejarte tan solo un gran dolor
Déjame alma mía, aconsejarlo…
Para que nadie lo pueda dañar
¡Aunque tú quieras protegerlo
Si un amor ha llegado a sus latidos
Jamás podrás evitar, que se liberen
De tu refugio, las
brisas del desvarío!
¡Déjame! al menos intentarlo!
¡Sabes…prefiero que no influyas
En su manera de sentir!
Porque la única manera
De llegar a la luz del firmamento
Y poder cruzar el infinito portal
De la inmortalidad…
Es el haber cosechado el amor
Que solo él ha sembrado en su vida
Por eso tú, no te
empeñes
En guiarle los sentimientos
Con la cordura y la prudencia
Eduardo Nieto Mújica