De repente apareciste a mi lado
Y mirándome a los ojos
Me pediste que te acompañara.
Empezamos a caminar,
Había sol, una brisa suavemente
Rozaba tu cara y la mía
Estabas radiante y hermosa,
El verde del camino era un marco
Que alegraba nuestro paso
Lejos se oía el murmullo
De las aguas de un arroyo
Que bañaban las piedras
Acunadas de su lecho.
Mariposas dibujan
Con su colorido la libertad
De flor en flor,
Los pájaros revoloteaban
Cantando y danzando
Las melodías de sus trinos,
Tú ibas a mi lado,
El atardecer pintaba, el cielo
Con rojos matices
¡Tú ibas a mi lado!
La felicidad se gozaba en su alegría.
Decidimos sentarnos
Al borde del arroyo,
Tus ojos brillaban, más aun
Tus labios rojos y besándonos
Suavemente… sentimos
Que nuestros cuerpos se elevaban
Pero cuando me despeje de tus labios,
El cielo se oscureció… y aun fascinado
Mis ojos en otro marco se abrieron
No podía entenderlo, sobresaltado
Me dije estaba durmiendo,
Intente con esfuerzo cerrar mis ojos
Y emprender mi regreso.
Pero todo fue en vano,
No pude cruzar las tinieblas del sueño
Vencido… volví
abrir mis ojos
Y en el silencio mis lágrimas cayeron
Porque aunque fuera solo un sueño
Fui feliz, porque a tus brazos la magia
Del amor, me llevo por un momento
Eduardo Nieto Mujica