LAS ARENAS DORADAS
Quizás en un atardecer…
Pueda sentir…
La calidez de sus manos,
Aferrándose a las mías
Quizás pueda oír…
El eco de sus latidos
Al unísono…
Con los latidos míos
Quizás el destino…Ilumine
Una nave de esperanza
Y la vea llegar…
Con su corazón y su alma
O tal vez pueda sentirla
En las brisas del horizonte
Cuando llegan a la playa
Con los rocíos del mar
Aun sin saberlo la fe…
De mi espíritu siempre
Reflejara el deseo de verla
En las arenas doradas
Eduardo Nieto Mujica
