Embriagado por el
frenesí de un desvarío
Abrí las puertas de mis sentimientos
Y como aves
marinas desplegaron
Sus alas hacia el
horizonte de tu silencio
Donde dormida,
acunabas en tus pensamientos
Un sueño de amor, en el jardín de los tiempos
Esperando que la luz de mi espíritu iluminara
El universo de tu cuerpo con las llamas de mis besos
Y en ese edén, donde
el canto de tu corazón
Propagaba las
melodías del alma, amarre
La nave de mis ilusiones y en el refugio de tu ser
Las esencias de nuestros suspiros, liberaron su pasión
Bajo un cielo matizado
de magia y emociones
Eduardo Nieto Mujica